Esta bandada de grullas la pillamos pasando por encima de nuestras cabezas.
Nos sorprendió el sitio, y al empezar a escucharlas, sin verlas, pensamos que no era posible que fuesen grullas.
Al final las vimos y entre quitarnos los guantes para sacar la cámara, casi no nos da tiempo para fotografiarlas.
El sitio, Polonia.
Y vimos más grupos, eso sí, más pequeños, 8, 5, 11 ejemplares.
No todas vienen a la península a hartarse de bellotas, como dice el tópico.