El martinete de estos días, sigue en su sitio, aunque bien oculto. La pareja de gavilanes no la he visto hoy, sin embargo, en su lugar y en el mismo sitio, una pareja de sus presas favoritas (paloma torcaz, en este caso) correteaban por las ramas de los árboles. En otras ciudades sí, pero en Pamplona, no es nada fácil ver torcaces, al menos a mí no me lo resulta.