Autor Tema: El arte de coleccionar moscas  (Leído 1082 veces)

Desconectado Alfredo Barbería

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El arte de coleccionar moscas
« en: Mayo 14, 2024, 05:47:46 pm »
Una singular joya divulgativa sobre pequeños insectos, grandes pasiones y la búsqueda de la felicidad.

«Ninguna persona sensata se interesa por las moscas.» Y menos por los sírfidos, las moscas de las flores, aunque ellas son el irónico punto de partida que utiliza el autor de este libro –a medio camino entre las memorias, la historia natural y la reflexión filosófica– para observar el mundo con nuevos ojos. A partir de la biografía del gran entomólogo sueco René Malaise y de su propia vida, Sjöberg nos habla de la lentitud, de la poesía de la espera, del afán de coleccionar que compensa el caos de la existencia, del medio ambiente y de grandes personajes como Chatwin, Kundera o D.H. Lawrence, que también quedaron fascinados por el coleccionismo; porque, como cree el autor, «todos somos en el fondo coleccionistas de moscas, aunque no lo sepamos».

Entrañable, contemplativa y llena de humor, El arte de coleccionar moscas es una cautivadora exploración de la historia natural y una sorprendente meditación sobre la felicidad: un prodigio literario sobre la inesperada belleza de las cosas pequeñas que se ha convertido en un éxito internacional.
« Última modificación: Mayo 14, 2024, 06:04:32 pm por Alfredo Barbería »

Desconectado jose

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Re:El arte de coleccionar moscas
« Respuesta #1 en: Mayo 14, 2024, 08:50:04 pm »
En un tono más académico y centrado realmente en las moscas, yo recuerdo que, cuando yo trataba de identificar mis fotos de bichos me parecía que el mundo de los dípteros iba a ser farragoso y poco agradable, más teniendo en cuenta que a la gente sólo le suelen interesar las mariposas y los bichos grandes con caparazón duro y de colores vivos, como coleópteros y chinches. Sin embargo, me sorprendió que siendo un poco observador, era sorprendentemente fácil (ayudado por las páginas de internet) llegar a nivel de género y especie y la poca variabilidad que suele existir entre los distintos ejemplares de una especie. Además, las moscas son más fáciles de fotografíar que, por ejemplo las mariposas, ya que permanecen quietas hasta distancias de pocos centímetros a condición de que nos acerquemos muy despacio y sacando fotos con flash de más lejos a más cerca, lo que junto al reflejo en el cristal del objetico, parece dejarlas "fascinadas".

Precisamente hoy me ha llegado un antiguo tratado francés que compré en Ebay sobre dípteros de 1937: